Salimos a ver aves y acabamos viendo anfibios.
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Gran experiencia en el curso de guía de turismo ornitológico en espacios naturales.

Este fin de semana, hemos tenido la gran oportunidad de reunirnos alumnos y guías, para disfrutar de la maravillosa Naturaleza. Para contaros lo feliz que vuelvo de esta maravillosa experiencia, os regalo este artículo de divulgación científica. Quiero resaltar, antes de empezar, que este curso de formación es único en España, nadie lo organiza e imparte como nuestra escuela y es un auténtico privilegio compartirlo con nuestros impresionantes alumnos.

Comienza con una media jornada práctica en el camping de Monfragüe, el viernes por la tarde. Llegamos cansados del trabajo pero muy ilusionados.

La ponencia teórica es más un debate de intercambio de ideas sobre como identificar las aves de manera práctica. Por suerte, contamos con muy buen nivel entre nuestros alumnos, hay biólogos, fotógrafos, educadores, ilustradores científicos y hasta anilladores profesionales. El coloquio se vuelve más enriquecedor. Se decide ayudar a los que menos saben y hacer un listado de especies a cotejar con una guía de 150 aves que entregamos con el curso. Así será muy práctico y útil para todos, podremos compartir nuestro conocimiento en el lugar que más nos gusta, el campo.

Comienza la fría pero soleada mañana del sábado con un desayuno y nos vamos al salto del gitano que nunca defrauda, el paisaje es espectacular y las aves están comenzando a desperezarse.

Las imponentes masas rocosas, se juntan con un nivel de agua descomunal y comenzamos a añadir las primeras especies a nuestra lista, mientras nos maravillamos con el paisaje. De repente, nos avisa con su reclamo un halcón peregrino y nos termina de alegrar la mañana. Es el ave en caída libre más veloz del mundo, siempre gusta observarla.

Mientras, íbamos teniendo un debate sobre cantos, aplicaciones, asociaciones y demás cosas que importan en el sector al que va dirigido el curso. Acaba de cantar una curruca, no un verdecillo, esa es la llamada, no es el canto. Esta aplicación de móvil es la mejor, también existe otra, etc.

La siguiente parada es la fuente del Francés, donde estuvimos buscando tritones (no sólo aves hay en el campo). También estuvimos buscando al águila perdicera, que decidió no salir (cosas de la Naturaleza). Entonces fuimos a hacer un descanso y seguido a nuestra ruta por un ecosistema de rivera y monte mediterráneo.

Aún que el curso sea de aves, siempre me gusta poner en valor todo el ecosistema, así que no perdí la ocasión para contar a los alumnos las especies botánicas del precioso bosque en el que nos encontrábamos. He de reconocer que hablo mucho y de todos los temas, polémicos y constructivos (todo es constructivo si nos lo tomamos bien). Quizá sea porque quiero que los alumnos se lleven de esta experiencia todo lo que yo les pueda aportar, es el alma del guía, su pasión por enseñar los secretos de aquello que ama. Desde luego el grupo lo merecía, también ellos aportaron valiosísimo conocimiento a los demás. ¡Qué importante es compartir!

La lista de avistamientos crecía y nos fuimos por la tarde a los miradores del parque, allí empezaron las cosas que pocas veces puedes observar, un aguilucho lagunero trató de cazar cormoranes creando un gran revuelo en el agua, observamos una cópula de buitre negro y otra de búho real ¡La vida se abre camino! Avistamos un par de grullas, que poquitas había este año y nos fuimos a la cama muy felices.

El domingo lo amanecimos en la Reserva Ornitológica de Arrocampo, no imaginábamos la mañana que nos esperaba, al llegar una inmensa niebla cubría el agua, pero a medida que levantaba, las aves comenzaban sus quehaceres. No tardamos en ver la primera maravilla: un ruiseñor pechiazul.

Después todo seguido, águila pescadora, espátulas, garzas, patos, gallinetas, fochas, alcaudones…

¡Todo un espectáculo!

Pero la experiencia no acababa aquí, contaros también que un miembro del grupo del pelo, una preciosa nutria decidió salir en último momento a despedirse de nosotros en el último mirador. ¡Lo que nos faltaba! Una reivindicación a no centrarnos tanto en la pluma y disfrutar de la pesca de esta belleza por un momento. Mientras, nos sobrevolaba un bando de estrildas (dándonos la oportunidad de terminar debatiendo sobre especies invasoras). ¡Todo muy enriquecedor!

Y como no puedo acabar olvidándome de ellos, os pondré un adelanto del curso mixto (aves / herpetofauna) que recibieron los que salieron conmigo (frontal en cabeza) a pasar un poco del frío nocturno. Os dejo las especies que observamos. ¡No os olvidéis que tenemos otro curso sobre herpetología aplicada a la educación ambiental y la conservación, allí os seguimos contando!

Y sin más, gracias por hacerlo posible.

Anímate a enviarnos un artículo sobre tu proyecto de educación ambiental para enviarlo a nuestros alumnos. Así haremos una red de colaboración y ayuda mutua.

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